lunes, 28 de noviembre de 2011

Naturalmente, el amor.

Bueno pues mi segunda tarea es realizar una redacción sobre el amor comparándola con la naturaleza.

Frecuentemente cuando hablamos de amor tendemos a relacionarlo muchas veces con la naturaleza. Solemos usar metáforas para ello, no sé por qué será, yo interpreto que es porque cuando estamos enamorados lo vemos como una forma de vida, como que si nos faltase moriríamos, como ocurre con la naturaleza; si no la tuviésemos, desapareceríamos. Si las plantas,  por ejemplo, no nos proporcionasen su oxígeno, no sería nada de nosotros, y a veces lo igualamos, a que si esa persona a la que amamos, no estuviese, nos faltaría del mismo modo hasta el oxígeno que nos da vida, y de la misma manera ésta terminaría. Creo que son dos temas de los que todos podríamos hablar porque los conocemos lo suficientemente para ello, es algo con lo que convivimos día día en nuestras vidas. Una metáfora que siempre me gusta usar y que me inventé hace ya tiempo para otra redacción es que cada vez que nos enamoramos queda grabado en nuestro corazón y que por mucho tiempo que pase, allí seguirá, al igual que tras primera capa de un árbol crecen muchas más, pero aun así si quitamos todas aquellas llegamos de nuevo a la inicial, que queda más protegida que ninguna. Por lo que me refiero a que nunca olvidamos a ningún amor y menos al primero. No sé tampoco qué decir porque considero que es un tema muy relativo ya que cada uno tiene una forma de vivirlo y de sentirlo, aunque en numerosas ocasiones coincida el sentimiento de necesidad completa hacia la otra persona. También considero que la mejor forma de entenderlo es estar enamorado, porque como se suele decir “a buen entendedor, pocas palabras bastan”.
También encontramos una forma de evasión, una libertad plena como aquel que se encuentra en la propia naturaleza, con toda su belleza y particularidad. Sentir que todo lo puedes lograr si esa persona está contigo, ver que juntos podéis formar el mejor jardín como cuando se combinan dos flores formando la unión perfecta. A veces lo vemos como un obstáculo difícil pero que al final se logra como la aparición de un vergel en mitad del desierto. Sentir con esa persona esa tranquilidad que encontramos cuando contemplamos el mar, el susurro que las olas nos dan y que a veces nos pone los “pelos de punta”, son como esas caricias que la otra persona te da y que si las tienes no te hace falta nada más, que serías capaz de sumergirte a lo más profundo teniendo como acompañante sólo a él o a ella (ya que como he dicho antes) si lo tienes, tienes todo el oxígeno que necesites. Sentir su presencia entre tus dedos como cuando extiendes las manos y dejas que el aire roce tus manos, o como cuando llueve solo y quieres que la lluvia te roce para sentirte más que nunca completamente libre. Y es que con lo más fácil de comparar, es como aquel que está en una nube, que se adapta perfectamente a ti y que aunque por muy frágil que parezca, aguanta todo. Pero al igual que comparamos todo esto cuando es bonito, también el amor a veces es como un huracán: llega en el mejor momento, destroza todo lo que puede y se va. ¿Y con qué te encuentras? Que tras ese estado de felicidad absoluta, de protección por esa persona, de encontrarse como un pez en su mar, se te presenta que tienes que empezar de nuevo todo. Descubres que ese oxígeno que te proporcionaba debes buscarlo en otro sitio, y que ya no se verá distribuido por su presencia, por sus caricias, por sus palabras, sus gestos… Y que como un incendio en el campo que destruye todo su ecosistema, debe intentarse repoblar y que aunque al principio todo sea negro con el tiempo aparecen brotes verdes, que van creciendo.

A veces la necesitaba para leerla.. "Misericordia"

Buenas tardes. Estamos ya casi acabando la primera evaluación y queda el úlrimo apretón para que todo salga bien. En clases pasadas hemos hablado que debíamos entregar trabajos que nos faltasen y yo voy a empezar por Misericordia.
Para aquellos que nunca habéis escuchado este título, que sepáis que Misericordia es una novela de Benito Pérez Galdós, se podría decir el mejor autor de su época. Se suele incluir dentro del realismo, aunque cuenta con rasgos naturalistas. La obra trata de Benigna una criada que sirve a Doña Francisca, viuda que vive con sus hijos Obdulia y Antoñito. Benigna es más que una sirvienta una santa, ya que es una mujer caracterizada por su caridad, su bondad y su disposición para ayudar altruistamente a aquellos que lo necesitan. A tal extremo llega que cuando en su casa su ama pasa penurias económicas ella recurre a pedir en la calle para conseguir ingresos e ir sobrellevando la situación. Cuando un familiar de su ama Francisco Ponte se ve enfermo ella lo acoge en casa y continúa manteniendo a su ama y al familiar. Es compañera de Almudena un ciego marroquí (sí, se llama Almudena y se trata de un hombre), que está enamorado de ella y le pide casamiento pero ésta lo va rechazando alegando como obstáculo la edad. “Benina” (que así la llaman cariñosamente o “Nina”) no se ve recompensada en ninguna de sus acciones ya que al final de la obra recibe el rechazo y abandono que su ama. Ella es encarcelada junto al ciego por pedir dinero en las calles y mientras ella se encuentra en la cárcel; Juliana, mujer de Antoñito (el hijo de Doña Paca) llega a casa de su suegra y comienza a alterar todo lo que allí tenían. Reciben una herencia y sin tener conciencia de los apuros que han pasado comienzan a derrocharla y contratan varias criadas sin tener en cuenta a Nina. Ésta sale de la cárcel y va a su casa donde se encuentra que su ama prescinde de ella y la echa. El ciego Almudena le pide que se marchen juntos a Jerusalén, pero ella es internada en una residencia.
Espero que os haya servido mi resumen de la obra para situaros un poco. Ahora os daré un comentario personal de la obra.
En mi opinión, es una obra muy buena donde se puede apreciar una crítica a la sociedad que quería acabar con los pobres, enriqueciéndose los ricos aun más (algo que me recuerda a la situación actual, bueno no me desvío) a través de un buen argumento, con grandes diálogos, y sobre todo, con una descripción minuciosa de ambientes (como al principio de la obra describe Madrid) y de personajes. Me ha gustado bastante, excepto el final que me ha parecido muy injusto, pero a la par, un mero reflejo de la realidad. Aunque me ha gustado, debo confesar que me resultaba complicado y me daba mucha pereza leérmela porque en algunas partes resulta muy pesada por la de descripciones que incluía (solía decir que misericordia era lo que nosotros necesitábamos para leerla). Pero de verdad, os la recomiendo y que tengáis predisposición a leer una obra repleta de descripciones, aunque a veces cueste, es uno de los rasgos más significativos del tipo de novela de la que hablamos, la realista.
Espero que os animéis. 

jueves, 17 de noviembre de 2011

Hablando de historia... se hizo famosa.

Bueno pues aunque un poco tarde os dejo mi entrada, he estado un poco liada y de ahí mi tardanza. Espero que aprendáis algo más de esta curiosa autora.
Ana Comneno fue una gran princesa bizantina de gran cultura, que nació el 2 de diciembre de 1083 en el palacio imperial de Constantinopla, y murió en el año 1153. Era la mayor de siete hermanos cuyos padres eran Alejo I Comneno  e Irene Ducas .
Recibió una gran educación debido a su clase social que la convirtió en una gran erudita en literatura bizantina, historia, geografía, mitología, e incluso filosofía. Se formó, más adelante, en historia, matemáticas, ciencias y filosofía griega; pero sus padres le prohibieron el estudio de poesía antigua, ya que se consideraba impropio para una mujer de su clase debido a que entre sus temas se glorificaba a mujeres no castas.
Se casó Constantino Ducas, como era normal en la época prometida en la infancia. El joven era hijo del Emperador Miguel VII y María de Alania. En la fecha del casamiento Ana no tenía hermanos varones, por lo que su marido se convirtió en co-emperador, hasta que su hermano Juan II nació en 1087. Constantino murió al poco tiempo. Así que Ana volvió a ser prometida por cuestiones políticas en 1097, con 14 años , con un brillante joven noble Nicéforo Briennio. Hijo de una familia aristócrata, había luchado anteriormente con Alejo I en su ascensión al trono. Nicéforo era también un reconocido hombre de estado, general e historiador. De este matrimonio nacieron cuatro hijos.
Desde su más tierna infancia, Ana supuso que algún día heredaría el trono, cosa que se entorpeció con el nacimiento de su hermano. Pese a todo, sus ansias de poder le hicieron considerar que ella y su marido debían asumir el título. Así, la pareja conspiró contra la madre Irene Ducas para desheredar a Juan II, pero no tuvo éxito ya que en 1118 el joven ascendió al trono.
Los intentos de Ana por usurpar la corona imperial persistieron y en 1118 nuevamente tramó deponer a su hermano y poner en su lugar a su esposo Nicéforo. Sin embargo, nuevamente el plan no tuvo éxito, debido a que Nicéforo en el último momento se negó a colaborar. Enfadada y decepcionada por la debilidad de su marido, Ana dijo que “la Naturaleza se ha equivocado en los sexos, ya que él debería haber sido una mujer”. El complot se descubrió y Ana tuvo que renunciar a sus propiedades y a su estatus familiar y así mismo, obligada a exiliarse al monasterio de Kecharitomenene (Lleno de Gracia), que su madre había fundado. La madre y su hermana Eudoxia fueron con ella. Irónicamente, Nicéforo permaneció en el palacio real y se convirtió en uno de los más fieles consejeros.
Ana se convirtió en una gran historiadora al escribir La Alexiada, narrando la historia del reinado de su padre convirtiéndola en una de las primeras historiadoras de la época. En su recogimiento en el convento, se dedicó al estudió de la filosofía y  la historia.


martes, 8 de noviembre de 2011

La asombrosa Safo

Pues hoy voy a hablar de la literatura Grecolatina y de una autora suya llamada Safo. Como tenía que hacer el ejercicio sobre un autor grecolatino, decidí que el ejercicio sobre qué era la literatura Grecolatina la introduciría en esta entrada como introducción para la hablar sobre Safo. Me he decantado por esta poetisa porque las otras opciones que teníamos ya las conocía y decidí investigar, animada finalmente al leer el poema de la entrada de referencia que Luisa nos ofreció.
La literatura grecolatina está compuesta por las producciones literarias llevadas a cabo durante la Antigua Grecia y durante la Antigua Roma. Siendo los griegos sus creadores, desarrollaron una serie de cánones artísticos y filosóficos, imitados como en casi todo por los romanos que también incluyeron grandes aportaciones. Con la expansión de los imperios fueron conocidos en todo el occidente cristiano.
Pues ya me introduzco con la autora:
Safo fue una poetisa griega de la que no se guardan muchos datos biográficos. Dentro de lo que se conoce, se especula que nació entre los años 630 y 612 a.C. y que murió hacia el año 570 a.C.; aunque no hay una fecha concreta por la falta de información de que disponemos. Nació en la aldea lesbia de Eresos, aunque se trasladó más tarde a Mitilene. Procedía de una familia aristócrata, ya que su padre era un próspero comerciante de vinos y tenía tres hermanos menores. Cuando ella era pequeña, su padre tuvo que marchar a una guerra en la que murió. Entonces, Safo fue la que continuó con el negocio e introdujo a sus hermanos.

Participó en muchas revueltas políticas contra el tirano Pítaco, tanto que hasta ayudo a una conspiración contra su muerte, que la llevo al exilio marchando a Siracusa. Safo tenía un espíritu rebelde debido a su posición social. Al volver a Lesbes fundó una academia que enseñaba arte, danza, literatura y canto a un grupo de mujeres jóvenes.
Se sabe que Safo amó tanto a mujeres como a hombres, ya que se vio reflejado en numerosas de sus composiciones sin ningún tapujo. De ella nació el término sáfico. Como ya he dicho, casi toda su poesía está dirigida a mujeres y algunas a sus hermanos. Escribió en total nueve libros de odas, epitalamios o canciones nupciales, elegías e himnos. Su poema más importante es la Oda a Afroditaaunque cabe destacar también la Oda a las NereidasEscribió sus obras en dialecto aeólico y sus poemas fueron copiados repetidamente a lo largo del tiempo en diversas épocas. Se dice que el papa Gregorio VII ordenó quemar todos sus escritos tachados de inmorales y pecaminosos con lo que se perdió una parte de su obra. Su poesía se caracteriza de sencillez, intimismo y sentimiento. Los versos son tan apasionados como simples, y dejan clara la constancia de su atracción y relación con otras mujeres, aunque tuvo amantes masculinos como el poeta Alceo, al que menciona en varias de sus obras.
Su obra más destacada es, como ya hemos dicho, la Oda a Afrodita, en la cual Safo, hablando en primera persona, pide a la diosa que le sean otorgados los amores de alguien. Para Safo Afrodita es la diosa que concede los favores amatorios, es la confidente, la que intercede, la que acude cuando el sentimiento amoroso conduce a la locura.La obra sáfica es por lo tanto revolucionaria en cuanto estructura una visión de mundo desde el paradigma femenino, subvirtiendo la mirada masculina que caracterizaba la Edad Arcaica. El mundo heroico, brusco y fuerte de la poesía épica y las gestas militares del pasado, da paso a uno sensible, delicado y suave, es decir, femenino. Safo adopta en su obra una posicion subjetiva, tomando como objeto de su arte su propia interioridad; vaciaba su propia alma en el molde de los versos, para que los demás nos identificáramos o nos disociáramos de ella. 
Os dejo un fragmento de la Oda de Afrodita:
¡Oh, tú en cien tronos Afrodita reina,
Hija de Zeus, inmortal, dolosa:
No me acongojes con pesar y sexo
Ruégote, Cipria!
Antes acude como en otros días,
Mi voz oyendo y mi encendido ruego;
Por mi dejaste la del padre Jove
Alta morada.
El áureo carro que veloces llevan
Lindos gorriones, sacudiendo el ala,
Al negro suelo, desde el éter puro
Raudo bajaba.
Y tú ¡Oh, dichosa! en tu inmortal semblante
Te sonreías: ¿Para qué me llamas?
¿Cuál es tu anhelo? ¿Qué padeces hora?
—me preguntabas—
¿Arde de nuevo el corazón inquieto?
¿A quién pretendes enredar en suave
Lazo de amores? ¿Quién tu red evita,
Mísera Safo?
Que si te huye, tornará a tus brazos,
Y más propicio ofreceráte dones,
Y cuando esquives el ardiente beso,
Querrá besarte.
Ven, pues, ¡Oh diosa! y mis anhelos cumple,
Liberta el alma de su dura pena;
Cual protectora, en la batalla lidia
Siempre a mi lado.