jueves, 21 de junio de 2012

Siempre duelen las despedidas, aunque sea un hasta luego.


Parece mentira que ya estemos en junio, cuando recuerdo como si fuese ayer el día del incidente del zumo que fue uno de los primeros días. La verdad Luisa es que nos has enseñado mucho y te agradezco tus clases, porque aunque a veces fuesen un poco pesadas tú con tu carácter has conseguido amenizarlas. Eres una profesora a la que admiro porque creo que sabes mucho, Literatura, Historia… También por tu carácter, no recurres nunca al mal genio y siempre nos mantienes a raya.
El taller de poesía de las últimas semanas me ha gustado mucho, sobre todo al ver la evolución de las primeras veces que nos poníamos a escribir, que costaba y parecía casi imposible, y estos últimos días en los que ha salido solo casi.
Dejo una que escribí pensando en la playa, ya que es lo que toca, después de tanto esfuerzo.
Playa
El relajante sonido
te hace ser libre.
Mirar al horizonte
Y ver que nada te ata.
Otra de las discotecas para que lo paséis bien este verano (;
Discoteca
Luces que se encienden
y apagan.
Música y bebida
hacen que te olvides
y disfrutes.
Buen verano para todos, volvemos en septiembre.

Que tus palabras sean mejor que tu silencio.


Tras mucho sufrimiento y esfuerzo, sobre todo por parte de Luisa que me ha ayudado en todo lo que le he pedido, tengo una exposición en condiciones. Es curioso que la que más me haya costado en todo el curso sea la última que voy a hacer, no voy a recordar por ello las exposiciones como algo costoso y aburrido, porque me han parecido muy interesantes a lo largo del curso. Siempre hemos sacado algo bueno de ellas, sobre todo la mejora a la hora de la realización.
Bueno pues mi tema de hoy, mejor dicho, desde hace dos o tres semanas es la Poesía del silencio
En palabras de Ada Salas, la poesía del silencio es el nombre que se adjudicó a un tipo de poesía breve, que cuida mucho las palabras, puesto que al ser tan cortas deben ser bien seleccionadas. Trata de sugerir más que de decir como toda poesía, pero esta norma general se lleva al extremo. Se da mucho valor a los espacios en blanco, a las pausas y a lo que rodea a la palabra: el silencio, tan importante como la palabra misma.
Como autor relevante tenemos a José Ángel Valente del que dejo un poema:
Cae la noche
Cae la noche. 
                   El corazón desciende
 
infinitos peldaños,
 
enormes galerías,
 
hasta encontrar la pena.
Allí descansa, yace,
 
allí, vencido,
 
yace su propio ser.

                    El hombre puede
 
cargarlo a sus espaldas
para ascender de nuevo
hacia la luz penosamente:
 
puede caminar para siempre,
caminar...
                     ¡Tú que puedes,
danos nuestra resurrección de cada día!

"Poemas a Lázaro" 1960