Tras mucho sufrimiento y
esfuerzo, sobre todo por parte de Luisa que me ha ayudado en todo lo que le he
pedido, tengo una exposición en condiciones. Es curioso que la que más me haya
costado en todo el curso sea la última que voy a hacer, no voy a recordar por
ello las exposiciones como algo costoso y aburrido, porque me han parecido muy
interesantes a lo largo del curso. Siempre hemos sacado algo bueno de ellas,
sobre todo la mejora a la hora de la realización.
Bueno pues mi tema de hoy, mejor
dicho, desde hace dos o tres semanas es la Poesía del silencio.
En palabras de Ada Salas, la
poesía del silencio es el nombre que se adjudicó a un tipo de poesía breve, que
cuida mucho las palabras, puesto que al ser tan cortas deben ser bien
seleccionadas. Trata de sugerir más que de decir como toda poesía, pero esta
norma general se lleva al extremo. Se da mucho valor a los espacios en blanco,
a las pausas y a lo que rodea a la palabra: el silencio, tan importante como la
palabra misma.
Como autor relevante tenemos a José Ángel Valente del que dejo un poema:
Cae la noche
Cae la
noche.
El corazón desciende
infinitos peldaños,
enormes galerías,
hasta encontrar la pena.
Allí descansa, yace,
allí, vencido,
yace su propio ser.
El hombre puede
cargarlo a sus espaldas
para ascender de nuevo
hacia la luz penosamente:
puede caminar para siempre,
caminar...
¡Tú que puedes,
danos nuestra resurrección de cada día!
"Poemas a Lázaro" 1960
El corazón desciende
infinitos peldaños,
enormes galerías,
hasta encontrar la pena.
Allí descansa, yace,
allí, vencido,
yace su propio ser.
El hombre puede
cargarlo a sus espaldas
para ascender de nuevo
hacia la luz penosamente:
puede caminar para siempre,
caminar...
¡Tú que puedes,
danos nuestra resurrección de cada día!
"Poemas a Lázaro" 1960
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