jueves, 17 de noviembre de 2011

Hablando de historia... se hizo famosa.

Bueno pues aunque un poco tarde os dejo mi entrada, he estado un poco liada y de ahí mi tardanza. Espero que aprendáis algo más de esta curiosa autora.
Ana Comneno fue una gran princesa bizantina de gran cultura, que nació el 2 de diciembre de 1083 en el palacio imperial de Constantinopla, y murió en el año 1153. Era la mayor de siete hermanos cuyos padres eran Alejo I Comneno  e Irene Ducas .
Recibió una gran educación debido a su clase social que la convirtió en una gran erudita en literatura bizantina, historia, geografía, mitología, e incluso filosofía. Se formó, más adelante, en historia, matemáticas, ciencias y filosofía griega; pero sus padres le prohibieron el estudio de poesía antigua, ya que se consideraba impropio para una mujer de su clase debido a que entre sus temas se glorificaba a mujeres no castas.
Se casó Constantino Ducas, como era normal en la época prometida en la infancia. El joven era hijo del Emperador Miguel VII y María de Alania. En la fecha del casamiento Ana no tenía hermanos varones, por lo que su marido se convirtió en co-emperador, hasta que su hermano Juan II nació en 1087. Constantino murió al poco tiempo. Así que Ana volvió a ser prometida por cuestiones políticas en 1097, con 14 años , con un brillante joven noble Nicéforo Briennio. Hijo de una familia aristócrata, había luchado anteriormente con Alejo I en su ascensión al trono. Nicéforo era también un reconocido hombre de estado, general e historiador. De este matrimonio nacieron cuatro hijos.
Desde su más tierna infancia, Ana supuso que algún día heredaría el trono, cosa que se entorpeció con el nacimiento de su hermano. Pese a todo, sus ansias de poder le hicieron considerar que ella y su marido debían asumir el título. Así, la pareja conspiró contra la madre Irene Ducas para desheredar a Juan II, pero no tuvo éxito ya que en 1118 el joven ascendió al trono.
Los intentos de Ana por usurpar la corona imperial persistieron y en 1118 nuevamente tramó deponer a su hermano y poner en su lugar a su esposo Nicéforo. Sin embargo, nuevamente el plan no tuvo éxito, debido a que Nicéforo en el último momento se negó a colaborar. Enfadada y decepcionada por la debilidad de su marido, Ana dijo que “la Naturaleza se ha equivocado en los sexos, ya que él debería haber sido una mujer”. El complot se descubrió y Ana tuvo que renunciar a sus propiedades y a su estatus familiar y así mismo, obligada a exiliarse al monasterio de Kecharitomenene (Lleno de Gracia), que su madre había fundado. La madre y su hermana Eudoxia fueron con ella. Irónicamente, Nicéforo permaneció en el palacio real y se convirtió en uno de los más fieles consejeros.
Ana se convirtió en una gran historiadora al escribir La Alexiada, narrando la historia del reinado de su padre convirtiéndola en una de las primeras historiadoras de la época. En su recogimiento en el convento, se dedicó al estudió de la filosofía y  la historia.


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